ACUATERAPIA Y SU IMPORTANCIA EN LA FISIOTERAPIA
La vida del ser humano está ligada al agua, incluso antes de nacer. Este vínculo positivo permanece también durante la vida adulta. Muestra de ello son las terapias acuáticas, que van ganando cada vez más adeptos, debido a sus beneficiosos resultados ante casi cualquier tipo de problema y/o patología.
La acuaterapia (también conocida como aquaterapia) es una técnica de rehabilitación acuática que consiste en una terapia física que tiene lugar en una piscina o cualquier otro entorno acuático bajo la supervisión de un profesional acreditado para ello.
Para empezar a comprender qué es la acuaterapia, es necesario indicar en primer lugar que este concepto no significa lo mismo que hidroterapia. Mientras que la hidroterapia usa el agua en cualquier forma, estado o temperatura como agente terapéutico, la acuaterapia hace uso de técnicas y ejercicios que se desarrollan en el medio acuático.
¿Por qué se utiliza el medio acuático en la acuaterapia?
Hay varios aspectos que deben ser considerados a la hora de elegir el agua como medio para tratar las enfermedades:
- Los ejercicios acuáticos tienen un menor impacto.
- Todas las posturas requeridas para los ejercicios pueden realizarse cómodamente y de manera segura por cualquier persona.
- La presión hidrostática del agua empuja de manera uniforme todo el cuerpo a la vez. Esto ayuda a que la sangre circule y disminuye la presión arterial.
- El agua proporciona una resistencia natural que puede aumentar la fuerza muscular, pero esta resistencia es proporcional al esfuerzo ejercido en contra de ella.
¿Qué beneficios tiene la acuaterapia?
Mientras que la visión más extendida es que la acuaterapia se utiliza para recuperar las funciones musculares y de flexibilidad con el objetivo de disminuir el dolor en la zona que está afectada, lo cierto es que la acuaterapia también favorece la relajación, estimula el sistema respiratorio, ayuda a mejorar la postura y es ideal para trabajar el equilibrio.
La terapia acuática, además no se dirige tan sólo a personas con diferentes patologías (como son las ortopédicas, neurológicas o reumatológicas) sino que también está pensada para personas que tiene diferentes problemas: sufren situaciones de nerviosismo o estrés, están bajas de moral e incluso aquellas que carecen de agilidad y equilibrio.
A todo esto se le suma que el agua templada de la piscina proporciona un entorno relajante idóneo para los dolores en las articulaciones y músculos. Además, la resistencia natural del agua favorece notablemente el fortalecimiento muscular, aumentando así las progresiones de la rehabilitación.
“Un buen fisioterapeuta no trata a la enfermedad, sino a la persona que la padece.”
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